Se cumplen 21 años del hallazgo de Cecilia Cubas: un caso que marcó la historia del Paraguay.
Este 16 de diciembre se cumplieron 21 años del hallazgo del cuerpo de Cecilia Cubas. En un domicilio ubicado en las Palmas 342, barrio Mbocayaty, vigilada constantemente por efectivos policiales de investigación: se convirtió en el escenario de un fatídico descubrimiento. Tras varias horas excavando un extraño túnel donde fueron hallados elementos muy importantes para la investigación, también encontraron a Cecilia Cubas quién para entonces llevaba 45 días fallecida.

Este 21 de septiembre de 2025, se cumplen 21 años de uno de los secuestros más emblemáticos y conmovedores de la historia reciente de Paraguay. El secuestro de Cecilia Cubas, hija del expresidente Raúl Cubas Grau y de la exsenadora Mirta Gusinky, dejó una huella imborrable en el país. A lo largo de más de dos décadas, el caso ha sido recordado tanto por su trágico desenlace como por las profundas repercusiones que tuvo en la seguridad y el sistema judicial del país. El secuestro de Cecilia Cubas ocurrió el 21 de septiembre de 2004, cuando la joven de 31 años fue secuestrada cerca de su residencia en el barrio Laguna Grande de San Lorenzo, en el área metropolitana de Asunción. Cecilia, quien en ese momento estaba al frente de su propia empresa y realizando actividades altruistas, fue interceptada por un grupo armado cuando salía de su casa en su vehículo.
La noticia del secuestro se propagó rápidamente y causó un gran revuelo en Paraguay, ya que Cecilia no solo era hija de figuras políticas prominentes, sino que también era muy conocida por su participación en actividades sociales y empresariales. Las autoridades iniciaron una operación para rescatarla, y las negociaciones con los secuestradores comenzaron rápidamente. El grupo criminal exigió USD 5 millones como rescate, una suma que fue rebajada a USD 800.000, los cuales fueron entregados por la familia de Cecilia en noviembre de 2004. Sin embargo, pese al pago del rescate, Cecilia no fue liberada, lo que aumentó la tensión y la preocupación en la sociedad paraguaya.
El Hallazgo de su Cuerpo: Un Final Trágico
Después de más de cinco meses de cautiverio, el 16 de febrero de 2005, Cecilia Cubas fue hallada sin vida en una casa en la ciudad de Ñemby, ubicada en las afueras de Asunción. El hallazgo se produjo en circunstancias desgarradoras, ya que Cecilia fue enterrada viva en una fosa clandestina. El informe forense reveló que la joven había sufrido un trato cruel y había estado en condiciones precarias durante su secuestro. La causa de su muerte fue asfixia, y se determinó que su cuerpo fue ocultado por los secuestradores en un intento por evitar que la policía lo descubriera.
El secuestro y posterior asesinato de Cecilia Cubas conmovió profundamente a la población paraguaya, que exigió justicia por el crimen cometido. A lo largo de los años, el caso generó un debate sobre la inseguridad en el país y la falta de eficacia en las estrategias para combatir el crimen organizado.
La investigación del caso reveló que el secuestro de Cecilia Cubas fue llevado a cabo por un grupo armado vinculado al Partido Patria Libre, una organización de izquierda radical que más tarde se convertiría en el núcleo de lo que hoy se conoce como el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). El secuestro fue parte de una serie de acciones violentas que este grupo llevaba a cabo en busca de financiamiento y visibilidad.
A lo largo de los años, se descubrió que los secuestradores recibieron entrenamiento y apoyo logístico de grupos guerrilleros internacionales, particularmente de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Esto convirtió el caso en un símbolo de la creciente violencia en Paraguay y de la posible infiltración de grupos guerrilleros en el país.
Los implicados en el secuestro fueron detenidos en su mayoría en los años siguientes, aunque algunos continuaron siendo buscados durante largo tiempo. Entre los principales responsables se encontraban Óscar Luis Benítez, Anastacio Mieres, y Osmar Martínez, quienes fueron condenados por su participación en el secuestro y asesinato de Cecilia. El proceso judicial relacionado con el caso de Cecilia Cubas fue largo y complejo. A pesar de las condenas a varios de los implicados, el caso siguió siendo un tema central en la agenda política y judicial del país durante años. En 2006, se dictaron las primeras condenas, en las que Osmar Martínez y Anastacio Mieres recibieron penas de 25 años de prisión por secuestro y asesinato. Sin embargo, no todos los responsables fueron apresados de inmediato, lo que prolongó el sufrimiento de la familia Cubas.
Con el paso de los años, la justicia paraguaya siguió procesando a los involucrados. En junio de 2021, Óscar Luis Benítez fue condenado a 24 años de prisión por su participación en el secuestro. En diciembre de 2024, se dictó una nueva condena contra Lorenzo González Martínez, quien fue extraditado desde Brasil y sentenciado a 23 años de cárcel por su complicidad en el crimen.
Legado del Caso Cecilia Cubas: Un Recordatorio de la Violencia
El secuestro y asesinato de Cecilia Cubas continúa siendo un tema muy sensible para la sociedad paraguaya. Durante los últimos 21 años, la familia Cubas ha mantenido su lucha por justicia y ha pedido que no se olvide el caso. Sin embargo, más allá de la tragedia, el secuestro de Cecilia es un recordatorio de los desafíos que enfrenta Paraguay en términos de seguridad, justicia y lucha contra el crimen organizado.
El caso también ha generado una reflexión sobre la relación entre la política y el crimen en el país. A pesar de los esfuerzos de las autoridades para combatir el secuestro y las organizaciones armadas, la impunidad y la corrupción siguen siendo problemas persistentes que obstaculizan el avance en la justicia.
Cecilia Cubas, más allá de ser una víctima de la violencia, se ha convertido en un símbolo de la resiliencia de Paraguay frente a las adversidades. Su caso sigue siendo un referente para la sociedad en su búsqueda de justicia y seguridad.
El 21 de septiembre de 2025, al cumplirse 21 años de su secuestro, la memoria de Cecilia Cubas sigue viva en la conciencia colectiva del país, y su historia continúa siendo un llamado a la reflexión sobre la lucha por un Paraguay más justo y seguro.