El Niño y La Niña: fenómenos climáticos que impactan a Paraguay
Paraguay es uno de los países sudamericanos que experimenta importantes variaciones climáticas debido a los fenómenos de El Niño y La Niña, que afectan los patrones de lluvia y temperatura, con consecuencias directas en la economía, la agricultura y la vida cotidiana de la población.
¿Cómo afecta El Niño a Paraguay?
Cuando ocurre El Niño, las temperaturas del océano Pacífico ecuatorial aumentan, lo que provoca un incremento en las lluvias en gran parte del territorio paraguayo. Esto puede derivar en inundaciones severas, afectando ciudades ribereñas como Asunción, Pilar y otras localidades cercanas a los ríos Paraguay y Paraná.
Las lluvias excesivas también tienen un fuerte impacto en la agricultura, retrasando la siembra y cosecha de cultivos clave como la soja, el maíz y el trigo, además de aumentar el riesgo de enfermedades en el ganado debido a la humedad. En sectores urbanos, la acumulación de agua genera problemas sanitarios y aumenta la proliferación de enfermedades como el dengue, chikungunya y zika, transmitidas por mosquitos.
¿Cómo afecta La Niña a Paraguay?
Por el contrario, La Niña se caracteriza por un déficit de lluvias, lo que genera sequías prolongadas en el país. Esta situación afecta especialmente a las zonas del Chaco y la Región Oriental, donde la falta de agua perjudica la producción agrícola y ganadera, reduciendo el rendimiento de los cultivos y afectando la disponibilidad de pasturas para el ganado.
La sequía también impacta el nivel de los ríos, complicando la navegación y el transporte fluvial, un aspecto clave para la economía paraguaya. Además, el bajo caudal de los ríos Paraguay y Paraná puede afectar la generación de energía en la represa de Yacyretá, lo que repercute en el abastecimiento eléctrico.
Un desafío constante
El Niño y La Niña forman parte del ciclo climático global, pero su impacto en Paraguay varía en intensidad con cada episodio. Por ello, es fundamental que las autoridades y productores estén preparados para enfrentar sus efectos mediante planes de prevención, monitoreo climático y estrategias de adaptación que minimicen las pérdidas económicas y protejan a la población.
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