Investigación de supuesto suicidio de joven podría tener un sorpresivo giro
La investigación sobre el presunto suicidio del joven Junior Fabián López Espínola, de 27 años, ocurrido el pasado viernes 22 de abril, podría tener un sorpresivo giro y no se descarta que se trate de un homicidio. Con el transcurrir de las pesquisas, aparecen llamativos puntos que no encajan en el relato de los hechos. El diario La Clave accedió a dos fotografías de la habitación donde fue hallado el cadáver, que demuestran que la escena fue totalmente manipulada. A eso se suma que desaparecieron una agenda y el teléfono celular de la víctima. El fiscal del caso, Osvaldo Zaracho, ya solicitó informes a la empresa telefónica, asimismo pidió copia de circuitos cerrados de viviendas aledañas al edificio, ya que, llamativamente, ese día el DVR del predio no funcionaba.
Eran las 10:00 del viernes 22 de abril pasado, cuando agentes de la comisaría 2ª del barrio Ciudad Nueva de Ciudad del Este fueron alertados de un supuesto hecho de suicidio. Los uniformados acudieron rápidamente hasta un apartamento ubicado en el primer piso del edificio Dugale, situado sobre la avenida San José y calle José Martí.
Allí fueron recibidos por Antonio Escobar González, de 37 años, quien manifestó a los intervinientes que llamó reiteradamente al número de Junior Fabián y, como no contestaba, también llamó a su lugar de trabajo, donde le dijeron que el mismo había regresado a su departamento, por lo que se fue al referido edificio y golpeó la puerta en varias ocasiones. Como nadie le contestaba, forzó la cerradura para ingresar a la habitación, encontrando al joven Junior Fabián López Espínola, totalmente ensangrentado en la cama y en el piso estaba la pistola Jericho, de lustre niquelado, propiedad de la víctima.
El informe policial dice que el arma fue hallada en el piso, al costado de la cama, pero en las fotos exclusivas a las que accedió el diario La Clave, se puede apreciar que el arma estaba sobre el pecho del fallecido. A eso se suma que del lugar desapareció una agenda de anotaciones, y lo más importante, el aparato celular de la víctima que podría aclarar el caso.
Según los datos, Romina Rolón, esposa del fallecido, manifestó que el día del hecho ellos se despertaron y se prepararon para ir a trabajar. Cada uno tomó caminos distintos y luego, alrededor de las 07:30, recibió un mensaje de su esposo por última vez. Para el Ministerio Público, la clave para resolver este hecho está en el aparato celular de la víctima, que hasta el momento no fue encontrado. Sin embargo, para el efecto, el fiscal Osvaldo Zaracho ya solicitó informes a la telefonía que utilizaba el fallecido, a fin de determinar cuál fue su última ubicación antes de que el teléfono se apague.